CREO en la acción permanente
del Hombre, haciendo su historia,
y en la triunfal trayectoria
de su destino ascendente;
soy fervoroso creyente
de la ley de la evolución,
porque es la revolución
que hacia adelante lo guía,
y lo lleva, día tras día,
a su total perfección.
CREO en el acto fecundo
del que esparce su simiente,
y en la cosecha inminente
cuando se ha arado profundo;
creo, asimismo, en un mundo,
donde siembras colosales,
como dorados trigales,
prometedores de pan,
al fin fructificarán
nobles y justos ideales.
CREO en la ley que se funda
en el libre pensamiento,
contraria al sometimiento,
que la hace vana, infecunda;
creo, con pasión profunda,
en la ciencia portentosa,
que, abnegada y generosa,
ostenta como un trofeo,
la ofrenda de Galileo
en su gesta luminosa.
CREO en el Hombre, creador
de tanto bien material,
y en el triunfo integral
de su estirpe superior;
creo y lo admiro en su ardor
por penetrar en lo arcano
y en el devenir humano,
destruyendo lo vetusto,
que hará en un mundo más justo,
al Hombre del Hombre hermano.
CREO en el ritmo cambiante,
que incide en el diario andar,
y en el eterno mudar
que impulsa al mundo adelante;
en el renovar constante
con que todo se suplanta;
en la misión de la planta,
que nace, que vive y muere,
y que, al morir, se transfiere
en otra, que se levanta.
CREO en el fin superior
que el Hombre cumple en la vida,
en su lucha decidida
por un porvenir mejor;
creo en el triunfo ulterior,
del Ideal en que se afana,
y en un glorioso mañana
de belleza y humanismo,
sin mitos ni oscurantismo –
de real redención humana !
19 de Marzo de 2020 – “Día de la Laicidad”