Declaración de París de la IHEU

Unos 300 participantes del 16º Congreso Internacional de la Unión Internacionalista Humanista y Etica (IHEU) adoptaron la siguiente declaración, por unanimidad, en su sesión plenaria del 7 de julio de 2005.

Este congreso reunió participantes venidos de más de 50 países de los cinco continentes. Ha sido organizado por la Federación Nacional del Libre Pensamiento de Francia en la UNESCO y en la Universidad de la Sorbona. Ha sido organizado conjuntamente con la comisión francesa de la UNESCO y sido saludado oficialmente por la dirección de la UNESCO.

El 16º Congreso Mundial se celebró en París del 5 al 7 de julio de 2005 para conmemorar el centésimo aniversario de la Ley Francesa de la Separación de las Iglesias y del Estado de 9 de diciembre de 1905

Basándose en la herencia de la Revolución Norteamericana, sobre la Primer Enmienda de la Constitución de los Estados Unidos (1791) y sobre la Revolución Mexicana, esa ley francesa señaló la llegada del movimiento de laicización iniciado por la Ilustración y la Revolución francesa para poner al Hombre en el centro de su destino.

Por todas partes en el mundo, sobre todos los continentes, desde hace siglos, los humanistas han actuado y siguen actuando para el triunfo de la libertad de conciencia. Ésta es fundadora de la emancipación humana y no puede disociarse de la lucha de las libertades democráticas.

“El Hombre es la medida de toda cosa” decía Protágoras, hace milenios en la Grecia antigua, patria fundadora del concepto de ciudadanía. En la India antigua, 600 años antes de la era común, este principio humanista ya era afirmado por los antiguos Carvakas (en resumen): “La moral es un fenómeno de la naturaleza. Es una convención social, una conveniencia y no una orden divina. No es en ningún caso necesario efectuar un control sobre los instintos y las emociones. Son los órdenes de la naturaleza. El objetivo de la vida consiste en vivir y la felicidad sigue siendo la única sabiduría”.

El Hombre, es su conciencia en primer lugar y su libertad utilizar según su elección. Ninguna dificultad política, cultural, religiosa, económica, oficial tiene fundamento legítimo para prohibir o limitar la libertad de conciencia de los seres humanos.

No hay libertad de conciencia allí donde las religiones dominan las sociedades. La laicidad, es la exigencia de los derechos iguales para los que forman parte de una religión como para los que no forman parte de ninguna.

Los humanistas siempre han apoyado las acciones destinadas a construir la laicidad de las sociedades e instituciones exigiendo este principio de igualdad para los creyentes y los nos creyentes.

Para la IHEU, y sus organizaciones miembros, el Estado debe ser laico, es decir, ni religioso, ni ateo. Pedir que no haya una verdadera igualdad democrática reconocida por la ley entre los que creen y los humanistas no significa de ninguna manera que las asociaciones adherentes a la IHEU ponen al mismo nivel filosófico todas las opiniones. No tenemos ningún deber de respeto hacia las afirmaciones absurdas y reaccionarias, cualquiera que sea su antigüedad; el verdadero humanismo es el ejercicio de la libertad de conciencia por el método del libre examen.

La conquista de los mismos derechos para todos es un paso positivo en dirección de la laicización y la separación de las religiones y del Estado es un medio necesario para eso. ¿Las garantías laicas no deben pues ser simplemente legales, deben ser constitucionales -sin esta disposición institucional garantizar ¿cómo será posible asegurar una libertad de conciencia igual para todos? Una ley sin garantía constitucional puede ser sustituida por un simple cambio de mayoría. Esta es la razón por la que la separación institucional de las religiones y Estados, por todas partes en el mundo, es una pretensión de la IHEU.

Es la luz que enciende el camino de los pueblos y de las naciones. La historia de cada pueblo, de cada nación es diferente por naturaleza. Hay países, como los EE.UU. donde el Estado es laico, pero no la sociedad. En Francia, mediante la ley de 1905, el Estado y la escuela pública son laicos y los ciudadanos tienen una verdadera libertad de conciencia. Hay tantas historias diferentes como hay países diferentes.

Para la IHEU, cada camino, utilizado por los distintos pueblos y naciones debe conseguir la llegada de la separación de las religiones y los Estados. Todo derecho laico debe preservarse, defenderse y extenderse para eso. Esta es la razón por la que, el 16º Congreso Mundial de París de la IHEU decide hacer la separación de las religiones y los Estados uno de sus ejes internacionales de acción. El 16º Congreso Mundial de la IHEU se celebró en París del 5 al 7 de julio de 2005, en los locales de la UNESCO y la Universidad de la Sorbona -dos grandes lugares que fueron los testigos de la historia de la lucha para la llegada de un humanismo encendido, liberador del mundo- comprometiéndose a combatir la separación auténtica de la religión y el Estado por todas partes en el mundo.