14 de Julio: Celebración “Toma de la Bastilla”

El 14 de julio de 1789, la multitud asaltó una fortaleza real en las afueras de París… Cuando la noticia llegó a Versalles, el rey Luis XVI preguntó: “¿Es una revuelta?”, la respuesta lacónica: “No, su majestad, es una revolución”.
La destitución del Ministro de Finanzas Jacques Mecker por parte Luis XVI, agitó la muchedumbre y provocó en París una verdadera conmoción. El 12 de julio, miles de personas se concentraron en los jardines del Palacio Real, y marcharon en una manifestación multitudinaria que recordaba a una procesión fúnebre: banderas negras, abrigos y sombreros también negros, y el busto del destitutído Jacques Mecker cubierto con un velo. París lloraba la caída del ministro, pero la última palabra no había sido dicha…
La sociedad francesa se hacía eco de palabras nuevas: libertad, nación, tercer estado, constitución, ciudadanía… Los parisinos entendieron que la destitución de Necker era la indicación de que el rey Luis XVI no quería profundizar la transformación constitucional iniciada pocos meses atrás; había una sensación de “golpe de Estado” y de un poder “despótico” que la sociedad no estaba dispuesta a soportar.

Toma de la Bastilla - Wikipedia, la enciclopedia libre


Las ciudades vivían un clima de miedo y de paranoia; las malas cosechas agravaron los problemas de subsistencia, aumentando la presencia de pobres y mendigos en las calles. El rey no ignoraba esta situación: ordenó una brutal represión, movilización de las tropas leales a la corona en torno a Paris, con orden de ocuparla e incluso llegar hasta las últimas consecuencias.
La jornada del martes 14 de julio puso en marcha la Revolución: con las primeras luces comenzó a circular el rumor de que en el Hotel de los Inválidos – un hospital militar al oeste de la ciudad – se habían depositado decenas de miles de fusiles. El edificio cayó en manos de la muchedumbre, requisando las armas depositadas y 12 cañones.
La historia dirá que este fue el momento decisivo de la jornada, el preciso instante en el que Luis XVI perdió la batalla por París, y – fundamentalmente – por su poder absoluto: miles de hombres se dirigieron a la Bastilla buscando aprovisionarse de pólvora. Pasadas las 5 de la tarde, el gobernador Launay manda abrir las puertas y la guarnición se rinde.
Esta rendición fue saludada como una gran victoria, y de inmediato el episodio cristalizó en la mente popular como una gran hazaña, adornada con actos épicos, hasta convertirse en el símbolo del triunfo de la Revolución y del inicio de una nueva era de Libertad.

Éric Vuillard escribe la toma de la Bastilla como una revolución popular  "con una lógica colectiva" | Literatura

La “Asociación Civil 20 de Setiembre” celebra la lucha del pueblo de París por los ideales de Libertad e Igualdad, y el combate al despotismo en todas sus formas. Este ejemplo es inspiración permanente, y esos ideales – siempre jóvenes – han perdurado y perdurarán por generaciones.