Mesa Redonda Virtual: Miradas Cruzadas sobre Estado, Democracia y Libertad de Expresión

Temario presentado durante la Mesa Redonda:

  • Palabras de Presentación y Bienvenida – Nancy Medina, Vice-presidente de la Asoc. Civil 20 de Setiembre.
  • Introducción – Elbio Laxalte Terra, Presidente de la Asoc. Civil 20 de Setiembre.
  • Democracia y Libertad de Expresión” – Alex MartÍn Rostan, Lic. en Ciencias de la Comunicación Social (UDELAR).
  • “Marco legal de la Libertad de Expresión” – Carmencita Díaz Bianco, Doctora en Derecho (UDELAR).
  • “Visión profesional: el comunicador” – Leonardo Silva Pinasco, periodista y conductor de programa radial periodístico.
  • “Visión empresarial” – Gerardo Arévalo, titular de Radio Young (AM) y FM Luna.
  • “La Libertad de Expresión y la política” – Fernando Doti Tori, Doctor en Derecho.

A continuación, presentamos algunas de las intervenciones:

Palabras de Presentación y Bienvenida (por Nancy Medina, Vice-presidente de la Asoc. Civil 20 de Setiembre)

Sean bienvenidos a esta mesa redonda virtual en la que vamos a hablar sobre el Estado, la Democracia y la Libertad de Expresión.

Agradecemos vuestra presencia y particularmente agradecemos a los expositores que nos acompañan y que se unieron a la propuesta; profesionales idóneos, con diferentes perfiles, vinculados a la comunicación y el derecho, y con una vasta trayectoria, con ellos vamos a compartir reflexiones desde ópticas diferentes, que nos va a aportar un análisis muy claro de lo que hoy está pasando y nos ayudará a comprender los valores de la libertad de expresión.

Hoy quisimos ocuparnos de este tema porque nos preocupa todo lo que pueda llegar a comprometer nuestras libertades.

Más allá de los hechos de pública notoriedad que fueron el disparador de este encuentro, nos adentraremos en la investigación de un valor primordial para la convivencia, y la vida en sociedad y en un sistema de gobierno democrático.

En primer orden hará uso de la palabra Elbio Laxalte Terra, Presidente de la Asociación Civil 20 de Setiembre quien realizará una breve presentación sobre nuestra Asociación y la temática que hoy nos reúne: la libertad de expresión.

Cuando hablamos de libertad de expresión, no se trata solo de expresar libremente lo que uno quiere, y como quiere, sino que su concepto es mucho más amplio, ¿qué comprende y porqué como manifestación de la libertad del pensamiento es un valor fundamental para la vida en democracia?

De Democracia y Libertad de Expresión nos va a hablar el Licenciado en Ciencias de la Comunicación Social Alex Martín Rostan.

A continuación, daremos una mirada al marco legislativo de protección a la libertad de expresión, para analizar los elementos consistentes o herramientas que posee, o si presenta sus debilidades, como pueden ser mecanismos no directos de censura.

La Doctora en Derecho, Carmencita Díaz Bianco nos hablará sobre el Marco Legal de la Libertad de Expresión.

Parecería ser, así nos ven internacionalmente, que en nuestro país no peligra la libertad de expresión, y la vida de los trabajadores de los medios de comunicación por asuntos relacionados con ella, como ocurre en otros países, tampoco.

Pero, ¿existen ciertas limitaciones o dificultades a la hora de ejercer la función? ¿Hay libertad de criterio periodístico para establecer el contenido de una nota?

Leonardo Silva Pinasco, periodista, trabaja en el Departamento de Salto, en diario El Pueblo desde hace 15 años y es conductor del programa radial “Segunda mañana” en Radio Arapey y dos programas de televisión en Canal 4 de Cablevisión, nos aportará su visión profesional sobre el comunicador.

También abordaremos la temática desde la visión empresarial, que tanto influyen y que tanto coartan libertades…y además ligado a la temática tratada anteriormente porque puede suceder que la compra de publicidad condicione lo que el comunicador o periodista pueda escribir o investigar, ¿habría una especie de censura allí? Esperamos dar respuesta a estas preguntas.

Nos presentará su visión Gerardo Arévalo, él es titular de Radio Young (AM) y FM Luna, del departamento de Río Negro.

En un mundo tan politizado, toman especial relevancia las libertades de comunicación pública para la formación de la opinión pública, especialmente la libertad del debate político, contribuyendo a un correcto funcionamiento del sistema democrático.

No olvidemos que el parlamentario representa a su elector, es su voz, y se supone su defensor de intereses.

Pero la protección de la libertad de expresión no ampara a quien incita o justifica el uso de la violencia para un fin político o religioso.

De eso estaremos hablando con el Doctor en Derecho, Fernando Doti.

Una vez más agradecemos a todos vuestra presencia y esperemos que el intercambio de opiniones contribuya a esclarecer y fortalecer nuestros valores.

Introducción (por Elbio Laxalte Terra – Presidente de la Asociación Civil 20 de Setiembre)

Señoras y señores, Amigas y amigos, compañeros y compañeras:

En tanto que Presidente de la Asociación Civil 20 de Setiembre, es con gran satisfacción que les doy la más cálida bienvenida a esta Mesa Redonda “Estado, Democracia y Libertad de Expresión”.

Para aquellos que no nos conocen, me gustaría hacer una rápida presentación de nuestra Asociación.

Ella fue creada el 20 de setiembre del año 2005, como una entidad inspirada en el ejemplo y acción del héroe italiano, pero de impronta universal que fue Giuseppe Garibaldi. Pero lo hicimos para poner de relieve al personaje en lo que tiene de enormemente actualidad y en lo inspirador, tanto de su pensamiento como de los valores que lo guiaban en su accionar, ya que Garibaldi fue ante todo un hombre, un héroe que supo conjugar a la perfección sus valores, su pensamiento y su acción.

El nombre de 20 de Setiembre, que ostentamos, no es por azar, sino que nos recuerda un trascendente hecho histórico, como fue la toma de Roma, el 20 de setiembre de 1870, por parte de las fuerzas patrióticas que buscaban la unidad italiana.

Unificar Italia significaba, nada más ni nada menos, que terminar con el poder terrenal de la iglesia católica y con el último régimen político de derecho divino. Pero, en la perspectiva histórica, tuvo una significación mucho más profunda, pues abrió el terreno para impulsar la separación absoluta entre el poder político y la religión, a la secularización de los Estados, que debían guiarse por el derecho civil y no el derecho canónico, y avanzar hacia sociedades y Estados laicos. Fue un enorme avance en materia política y democrática, cuyo ejemplo cundió en todo el mundo, incluido nuestro país, con todos sus procesos de reformas democráticas y laicas, que consolidaron un estado de derecho, protagonizados a finales del siglo XIX y principios del Siglo XX que han hecho del Uruguay un ejemplo de democracia en América y el mundo.

Por ello, asimismo, el día 20 de Setiembre es conocido internacionalmente como el Día del Librepensamiento, símbolo de lucha contra el dogma oscurantista y a favor de la libertad de conciencia, la libertad de pensamiento y la libertad de expresión.

Nuestro país, le ha rendido justo homenaje a Garibaldi y a sus ideales. Un bello monumento frente al puerto de Montevideo, un obelisco dedicado a la fecha 20 de setiembre en los jardines del Hospital Italiano, y una calle de nuestra capital. Y, fiel a esa herencia, también se hizo un justo homenaje a estos ideales, cuando por Ley 17.778 del 11 de mayo de 2004, se declara el 20 de setiembre de cada año como el “Día de la Libertad de Expresión del Pensamiento”. Nuestra asociación toma entonces esa fecha como símbolo, intentando adaptar los valores garibaldinos a la realidad de nuestro tiempo.

Nuestra asociación hace suyo el pensamiento humanista contemporáneo, promoviendo una ética secular basada en valores humanos. Y, como humanistas propugnamos la tolerancia, el pluralismo y los derechos humanos; trabajamos en promover un orden social democrático que proteja la dignidad, las libertades individuales, la justicia social, los derechos fundamentales y el Estado de Derecho. Como Garibaldi, defendemos y promovemos los valores republicanos.

José Garibaldi, en sus valores, pensamiento y acción, es inspirador de todos estos ideales, que para nada consideramos obsoletos, sino tal vez de una acrecentada actualidad.

Nuestra asociación integra la Asociación Internacional del Libre Pensamiento, con sede en París e integrante consultivo del Consejo Económico y Social de las Naciones Unidas, y organizamos en el 2015 su Congreso mundial en Montevideo. También colaboramos con el Instituto de Investigaciones sobre el Libre Pensamiento, que tiene su sede en París con una actividad académica remarcable, siendo el depositario del único archivo dedicado al librepensamiento a nivel mundial.

Hace unos días, tuvimos la agradable información, que supongo es bien apreciada por todos los uruguayos, de que el índice de democracia que desde hace muchos años elabora la prestigiosa revista británica “The Economist” para el año 2021, vio a nuestro país pasar del lugar 15 en el 2020, al lugar 13 de países con democracia plena en el mundo, y el primero en nuestro continente. Y esto es tanto más remarcable, cuando según este índice, la democracia sufre una aguda caída a nivel mundial

Por supuesto, esto no solo nos debe llenar de orgullo, debe sobre todo llenarnos de responsabilidad, pues la democracia no es algo ajeno a nosotros, sino la consecuencia de un estilo y una práctica social que nos concierne a todos como ciudadanos. Y una democracia se construye sobre todo cuando hay un amplio respeto a la Libertad de Conciencia, a la Libertad de Pensamiento y a la Libertad de Expresión y ellos se traducen en unas reglas que se consagran en un estado de derecho donde naturalmente se respeten las normas. Derechos y responsabilidades de todos, por supuesto, pero especialmente de aquellos que deben hacer respetar las normativas comunes a todos. Estado de derecho qué por supuesto, siempre es posible de perfeccionar, para que una sociedad sea cada vez más ordenada, más justa e igualitaria.

El Manifiesto Humanista 2000, al cual adherimos desde nuestra fundación, siendo uno de nuestros documentos de base, señala que “los individuos no deberían ser indebidamente reprimidos, restringidos o coartados a la hora de ejercer un amplio espectro de elecciones personales. Esto incluye la libertad de pensamiento y consciencia – el inestimable derecho a creer o a no creer – la libertad de expresión y la libertad de seguir cada uno su propio estilo de vida, en la medida en que ello no prive a otros de ejercer sus propios derechos”.

En estos últimos días, algunas de estas cosas han saltado a la palestra pública, acompañadas de varias polémicas, todas más o menos en relación con la libertad de expresión y con la normativa vigente.

A partir de estas situaciones, vimos la oportunidad de plantearnos un intercambio respecto al tema “Libertad de Expresión”, en la medida que nuestra Asociación lo tiene como uno de sus valores fundamentales.

Pero, al mismo tiempo, más allá de la coyuntura, sin ignorarla, nos interesa explorar donde estamos como sociedad, como república, en relación con ese valor tan esencial para la democracia, en una época de liviandad, de “fake news”, de la legitimación de la mentira, de la alteración de los hechos para inducir al engaño. Todas técnicas de manipulación que potenciadas por las tecnologías digitales se constituyen como un verdadero flagelo para las democracias.

Por ello, muy rápidamente nos pusimos a trabajar para armar esta Mesa que tuviera como protagonistas a gente vinculada a los medios de comunicación y a juristas, para arrojar un poco de Luz y brindarnos insumos para potenciar siempre un pensamiento crítico, que es lo que en definitiva marca el rumbo futuro de nuestras libertades. Quiero agradecer a todos quienes se prestaron a participar en este debate, a quienes asisten y pueden asimismo intervenir en su momento, y a nuestra Vicepresidenta Nancy Medina que estará presentado y moderando este evento con la calidad a que nos tiene acostumbrados.

Democracia y Libertad de Expresión (por Lic. en Ciencias de la Comunicación Martín Rostán)

“Si se quita la libertad de expresión, entonces, mudos y silenciosos, seremos conducidos como ovejas al matadero” (George Washington)

“Si se quita la libertad de expresión, entonces, mudos y silenciosos, seremos conducidos como ovejas al matadero” (George Washington)

El artículo 19 de la Declaración de los Derechos Humanos manifiesta: “Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión” y es uno de los derechos fundamentales para la construcción de una democracia.

Hay ríos y ríos de tinta que hablan de esa relación tan necesaria para una sociedad más libre, que debe haber entre la democracia y la libertad de expresión, sin embargo es un tema que poco interés genera a nivel social.

En los últimos días esto estuvo sobre la mesa en Uruguay en un caso donde claramente hubo situaciones de desbordes y hechos pocos felices que en vez de hacernos reflexionar sobre esto nos hizo mirar otras cosas olvidando la esencia de un estado democrático. Es como si se diera sobre entendido que hay democracia y no se vean los hechos que afectan la vida democrática y no importara, e incluso se dañe la misma con sus acciones o dichos.

En el caso concreto del periodista Ignacio Álvarez y el manejo de la información que se dio sirve para disparar el tópico donde se mezclan libertad de expresión y democracia.

A mi manera de ver hay varios desbordes. El primero: ante un hecho concreto de un aparente delito, se da una formalización y la fiscal brinda información y detalles de un caso en donde lógicamente en su investigación afirmó puntos claves para su hipótesis. Allí incluso dio detalles que exponían a los agresores a una condena social mayúscula. Tal vez en un tema tan sensible eso podía generar una conmoción social que fuera una “presión moral” sobre la justicia.

Ante esa evidencia pública, surgen otras situaciones de desborde. En principio miles de voces se alzaron rápidamente reclamando a la justicia y medidas ejemplarizantes haciendo marchas bajo la consigna Que arda. A esa escalada se suma el propio presidente de la República pidió a la justicia, “penas ejemplarizantes”, donde él como abogado debería saber que la justicia no debe aplicar penas ejemplares. La justicia debe impartir justicia y de manera justa. ¿Qué se puede esperar entonces si la autoridad máxima del país comete un desborde de esa naturaleza dejándose llevar por la corriente generada?

A todos estos hechos surge un nuevo elemento. Por primera vez, se escucha una versión de los acusados donde niegan que haya habido abuso. Esta versión es presentada por el periodista Ignacio Álvarez que hace público audios que favorecen a la defensa de los imputados y siembra dudas sobre la versión original dada por la Fiscalía.

Si me preguntan a mi particularmente, habría dado la información, pero no habría pasado los audios públicamente. Esto probablemente hizo un efecto similar y generó un choque social porque estos audios pusieron en duda la versión original y que tanta indignación causó.

Cuando uno creyó que esta cadenas de desbordes había alcanzado su punto máximo, se da un hecho sin precedentes en la historia de este país. Por primera vez una bancada de diputados decide denunciar a un periodista por haber violado el artículo 92 de la ley 19580. Dicho delito establece como delito difundir contenido sexual o íntimo sin consentimiento. Para comprobar ese delito es prueba suficiente solicitar mediante ley de prensa la grabación de lo emitido al aire. De hecho, lo que no se emite no puede considerarse en este aspecto.

No obstante, se da un nuevo desborde que fue un allanamiento del medio de comunicación y del domicilio del periodista, algo que no se había dado nunca y atentó directamente contra la ética del periodista y del derecho inviolable a preservar la fuente, que evidentemente era el objetivo de estas incautaciones, saber quién había proporcionado esos audios.

Tras estos hechos, nadie hizo un solo mea culpa de lo ocurrido y nadie fue capaz de reconocer los errores cometidos… Pero tampoco nadie pensó en que se cercenó la libertad de expresión. Es más hubo justificación pública y en redes por estos desbordes por parte de algunos involucrados. Nadie reflexionó tampoco sobre lo importante que es la libertad de expresión en democracia.

La democracia como sistema político donde el gobierno está en el pueblo, este necesita si o si estar informado para decidir. Y es por eso por lo que el derecho a la información debe ser igual para todos. Es necesario que cada uno pueda informar e informarse y debe existir un sistema que garantice que esto se haga en absoluta libertad y sin consecuencias a expresar. La libertad de expresión es un principio capital para una sociedad más democrática.

Así se consagró en el artículo 13 de la Convención Americana de San José de Costa Rica en 1969 donde en su primer punto dice que “…toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística ya por cualquier otro procedimiento de su elección”.

Pero en el tercer punto de ese artículo 13 se consagra también que “…no se puede restringir el derecho de expresión por vías o medios indirectos, tales como el abuso de controles oficiales o particulares de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas, o de enseres y aparatos usados en la difusión de información y por cualesquiera otros medios encaminados a impedir la comunicación y la circulación de ideas y opiniones”.

Entonces, ¿por qué se da una tácita y expresa medida de coartar la información y a un periodista, tal vez emblema en los tiempos actuales de la libre expresión? ¿Por qué no nos indigna eso?

La necesidad de una sociedad informada hará de una mejor calidad democrática de la nación. En un estado de derecho es fundamental que haya libre expresión y libre pensamiento. ¿Esto implica entonces que no debe haber límites a la libertad de expresión? Esa es una pregunta que puede debatirse y afirmar que si o que no, pero no hay dudas que siempre hay límites morales y éticos que no deben cruzarse. Para que una sociedad funcione debe también necesariamente imponer normas que hagan de una buena convivencia.

John Stuart Mill dijo a finales de los 50 que “debería existir la libertad más plena de profesar y discutir, como una cuestión de convicción ética, cualquier doctrina, por inmoral que pueda ser considerada”. Sin embargo, introdujo el principio del daño como un límite a la libertad de expresión. Aquí podemos caer en otro debate que es cual es el límite del daño. ¿Son todos los daños iguales? ¿Todos reaccionamos igual ante un mismo hecho?

Hace unos años se analizó en Francia la situación de la revista Charlie Hebdo muy reconocida por sus dibujos que para algunos sobrepasaban el límite de la libre expresión y entraba en el terreno de la provocación, algo que llegó afirmar el mandatario Jacques Chirac ya que publicaciones hechas en 2006 podían encender las pasiones de carácter religioso.

Yo creo particularmente que hay límites éticos que no se debe cruzar. El honor, la dignidad, o hechos que vulneren a niños deben ser respetados al momento de dar una información. Y sobre todo es la persona que va a difundir algo la que debe interpelarse que aporte hará al momento de presentar una información que pueda rozar alguno de estos límites.

Uruguay ha vivido estas últimas horas un hecho sin precedentes en democracia y sin embargo el enfoque dado al tema no es la libertad de expresión, sino buscando la falla del periodista, sin plantear siquiera ninguna de las fallas y desbordes anteriores. Ese camino de coartar o intimidar con un allanamiento, no sólo pone en jaque al periodista, sino que es un mensaje directo e institucional que cualquier persona que quiera denunciar algo tendrá el temor de que mediante una acción judicial podría revelarse qué actuó como fuente a esa persona. Nadie va a tener confianza de denunciar si no hay seguridad. Lo grave en todo esto es que el propio embate a la libre expresión surge de un grupo de legisladores, algo que se supone que ellos primero que nadie debería saberlo. Imaginen una situación donde fuentes gubernamentales le informan a un periodista hechos de corrupción para que los haga público. El periodista lo hace, e inmediatamente se promueve por actores del gobierno una denuncia contra él por difamación o cualquier otro delito y se le allana e incauta su material de trabajo. Eso fue más o menos lo que pasó.

Ahora bien, como decía antes, si un gobernante quiere comunicar su obra debe hacerlo público en un medio de comunicación para llegar a más personas. Ese carácter es el que hace que un hecho, sea público. Entonces ¿cómo es posible que haya legisladores de un partido político dispuestos a denunciar a un periodista y a un medio por el solo hecho de exponer una versión distinta a la que se creía? ¿Debía el periodista callar sabiendo esto? No, jamás. De hecho, cumplió con el verdadero rol, el de informar e ir en busca de la verdad. La situación presentada inicialmente solo expuso una verdad parcial y olvidó la parte de los acusados, que socialmente se convirtieron en culpables, otro mecanismo que falla al momento de construir una sociedad democrática.

Pero los gobernantes deberían ser los primeros en entender que si se ataca a la libertad de expresión hay menos democracia para defender. La pérdida de esa perspectiva debería ser la primera a recuperar. El valor de poder expresar su pensamiento libremente hoy está en dudas. ¿Creen ustedes que hay garantías para poder expresarse libremente en la sociedad? ¿Cuántas veces nos callamos por miedo a la condena social? Si eso sucede, entonces hay rasgos de falta de libertad de expresión. En este hecho puntual que narré, la información ni siquiera era sobre una cosa juzgada sobre la justicia. No estamos hablando siquiera de un error en una condena judicial, sino sobre una condena social. La condena social fue tan fuerte y alimentada, que el propio juez y fiscal realizan un allanamiento contra un medio de comunicación y un periodista, olvidándose del principio de la libertad de prensa, el denominado cuarto poder.

Pero la libertad de expresión hoy también tiene un nuevo desafío: el Internet y las redes sociales.

¿El acceso a la Internet debería ser un derecho para todos? ¿Es esta una nueva forma de informarse en esta sociedad actual? O por el contrario es un camino de contaminación y desinformación, que quienes en nombre de la libertad de expresión manifiestan conceptos erróneos sin importarles.

Uno entiende que, si hay un acceso libre a una nueva forma de comunicar, se construye una mejor sociedad y más democrática por lo que debemos pensar que debe ser algo universal el derecho de acceder a Internet, el lugar donde está el mayor flujo de información.

Pero ¿este fenómeno que son las redes deben regularse en algún punto? La información y la desinformación circulan hoy a la misma velocidad y es parte, de esa libertad de expresión la que enmarca esto. Prácticamente no hay restricciones al menos en el mundo occidental a lo que circula. Hay países como China que censuran información que llega y sale mediante varias leyes y reglamentaciones, que además también son acompañadas por acciones concretas de bloqueos de IP. Particularmente entiendo que en este nuevo mundo debemos luchar por achicar brecha entre quienes tienen acceso a Internet y quienes no. Se está dando una nueva forma de comunicar donde em internet se informa primero y no todos tienen acceso a ella.

Otro desafío es para los comunicadores y medios de comunicación, y es la inmediatez y veracidad. En el mundo de la información la primicia cotiza como un valor de información. Quien tiene una primicia tiene ante la sociedad una imagen de que posee más información y eso va en detrimento de una presentación de una información más veraz. Un fenómeno cada vez más común en estos tiempos son las “fake new”, entonces medios y comunicadores tienen el deber de interpelarse si lo que están diciendo es verdad o no. Muchas veces actores políticos presentan y expresan solo una parte de una situación, la que más les conviene para afirmar lo que es más relevante a su postura. Entonces hay un nuevo desafío, que es ir con más ahínco en busca de más voces. Y no sólo quedarse con la primera información o imagen, que puede llegar a ser falsa o sumamente parcial. Hoy más que nunca hay que entender que la primicia no pertenece más a los medios, sino a la sociedad y los medio deben saber presentar la información más completa para que la sociedad se informe.

Hoy más que nunca existe la necesidad de buscar más voces y darles la posibilidad a todos de expresar. Eso necesariamente hará que haya una mayor democracia, pero los actores que dirigen la sociedad deben luchar necesariamente de brindar a todos los ciudadanos las mismas posibilidades de acceder a las nuevas tecnologías y el Internet.

Además de esto en la actual sociedad se visualiza un hecho que se da cada vez con más frecuencia que es la información como mercancía. Este punto puede dar para una presentación exclusiva y con varias aristas y yo simplemente pretendo mostrar como otra cara y otro desafío que se nos presenta como sociedad. En la actual era de la información, la mercantilización no sólo alcanza a la información pública sino no a las bases de datos, que hoy por hoy son claves en la era digital. Es por eso que desde el estado se debe garantizar el acceso a la información y a la protección de datos también.

Expresarse libremente, más que una necesidad es un derecho y se debe garantizar que el mismo no sea coartado por ninguna fuerza o movimiento como hemos visto que sucede. La policía de lo moral está en el orden del día y hoy se mide todo lo que se dice buscando donde hay un cachito de inmoralidad para señalar, cercenar y cortar lo que se dice, por el solo hecho de ser contrario a nuestro interés. Esa falsa moral disfrazada de tiranía apunta a callar voces disidentes. Vivimos tiempos de inquisición moral donde se lleva a la hoguera a quien ose cuestionar nuestro pensamiento. Se debe estar atento ante eso ya que bajo el velo de la libertad de pensamiento y libertad de expresión aparecen corrientes que buscan callar a las demás. Es entonces nuestro rol el de estar siempre alertas y encontrar esos pensamientos que buscan socavar la libre expresión. Pero debemos mirar también el rol del estado y denunciar formas de coerción institucional como las que sucedió hace muy pocas horas en nuestro país. Debemos también observar y exigir al estado que garantice la libre expresión y que también garantice a que todos los ciudadanos puedan expresar su opinión sin miramientos. Y que la ciudadanía también pueda acceder a la información sobre lo que sucede, para no ser llevadas como ovejas al matadero. Si hay censura habrá menos democracia.

Marco Legal de la libertad de Expresión (por Carmencita Díaz, Doctora en Derecho)

Visión profesional: el comunicador (por Leonardo Silva, periodista y conductor radial)

“En mis años de docencia fui muy cuidadoso con el uso del término ética, el periodista tiene que trabajar con rigor profesional. Y hay que tener cuidado porque muchas veces la palabra ética la impone gente que no está en el periodismo y que entiende por ético o no ético determinadas cosas. Y eso puede ser una forma indirecta de presionar y ejercer censura. Muchas veces en nuestra profesión nos vemos obligados a tomar decisiones sobre el momento y que quizás en una situación similar, pero no exacta, hubiéramos tomado una decisión distinta. No hay un manual que dice qué conductas tomar porque no hay situaciones concretas, sino que hay una difusión de situaciones que se podrían agrupar, pero nunca son iguales. Y otra cosa con la que hay que tener cuidado y que hemos visto en estos días, es la discusión intraperiodistas: si determinado periodista en determinado programa estuvo bien o mal al dar información muy sensible. Esa es una discusión a la que se agrega otra sobre si esa difusión infringe una ley. Y hay una tercera discusión que es si se puede hacer un allanamiento para obligar al periodista a revelar sus fuentes. Son cosas distintas y a veces se confunden” (Tomas Linn, El País, 9.2.22)

En definitiva, se trata de hablar de la Libertad como uno de tantos Derechos Individuales del Ser Humano. Derechos que uno trae desde que nace, aunque algunos van más allá y hablan desde el momento de la concepción. Al menos así es visto desde el iusnaturalismo, a diferencia del positivismo jurídico, donde se sostiene que es la legislación la que otorga derechos a las personas. Desde el iusnaturalismo se sostiene, en cambio, que el Estado a través de su expresión legislativa es el que posibilita y garantiza que podamos ejercer nuestros Derechos.

Insisto en este gran detalle que abre una puerta enorme a un interesante como necesario debate filosófico que ya lleva muchos años y que está lejos de terminar.

Lo cierto es que es erróneo pensar que el Ordenamiento Jurídico otorga Derechos a las personas, muy por el contrario, los limita. Si no existiera el Ordenamiento Jurídico viviríamos en un Estado de Naturaleza con pleno goce de nuestro Libre Albedrío, pero si pretendemos vivir en comunidad, en sociedad, debemos ceder parte de nuestro poder soberano por un Bien General Superior, que es la convivencia entre las personas.

Pero solo se puede limitar lo tangible. Es decir, nadie puede poner límites a la Libertad que tengo de Pensar. Pensar de determinada manera no puede ser controlado por Ley alguna; en cambio lo que sí puede ser reglado a Derecho es mi comportamiento, o sea, pasar del pensamiento a la acción. Es la acción, por tanto, la que es ordenada de acuerdo con la legislación vigente.

En el caso de los periodistas o comunicadores, pasar del pensamiento a la acción nos remite a la Libertad de Expresión. Yo puedo pensar que determinada persona es corrupta, lo que el Derecho me limita es a que lo diga, pudiendo constituirse el delito penal de Difamación e Injurias, o en el de Daño en materia civil, porque el Derecho lo que protege en este caso es el Bien Jurídico Honor de la persona que puede ser víctima de las apreciaciones del comunicador o del periodista, quienes están permanentemente expuestos a ser sometido al ojo de la Justicia.

Ser periodista o comunicador no da derecho a decir de forma irresponsable cualquier cosa de nada ni de nadie, por aquello de que el límite a mi derecho es cuando comienza el derecho de los demás. Ahí hay un límite a mi Libertad de Expresión.

Pongamos un ejemplo grosero para que se entienda. Si digo que Adolfo Hitler fue un genocida, alguien cercano a Hitler que tenga un interés directo, personal y legítimo puede demandarme por difamación e injurias por atentar contra el honor de Hitler. Me lleva a juicio y si demuestro con pruebas documentales y testimonios de sobrevivientes de los campos de exterminio que el nazismo instaló durante la Segunda Guerra Mundial, la Justicia podrá darme la razón y sostener que no incurrí en el delito por el que se me acusó porque no existía ningún Honor que proteger.

Veamos otro ejemplo. Si mañana digo que determinada señora es prostituta o ninfómana y le gusta tener sexo con muchas personas a la vez, quien a su vez es la misma persona que se presenta a la Justicia denunciando que fue víctima de una violación por parte de muchas personas, lo que trascendió mediáticamente como una “violación en manada”, y que para demostrar lo que sostengo, sobre que esta mujer no es ninguna víctima, sino que consensuó mantener múltiples relaciones sexuales al mismo tiempo, emito en un programa de radio en el horario central de mayor audiencia una grabación que demostraría justamente lo que sostengo, entonces ese Derecho a Expresar libremente lo que sostengo será limitado, en Uruguay concretamente por el artículo 92 de la Ley N° 19.580, que sostiene claramente que “el que difunda, revele exhiba o ceda a terceros imágenes o grabaciones de una persona con contenido íntimo o sexual, sin su autorización, será castigado con una pena de seis meses de prisión a dos años de penitenciaría”.

No se trata de censura ni de atacar la Libertad de Expresión de ningún periodista, se trata de preservar el Bien General Superior Honor de la víctima de un supuesto delito de violación muy especialmente agravado.

En este caso, y para dejar claro que aun así se puede ejercer la Libertad de Expresión, lo que podría haber hecho el periodista sin problemas era hablar del tema, diciendo, por ejemplo, que tiene conocimiento que la defensa de los acusados posee grabaciones y videos que podrían llevar a una conclusión distinta a la Justicia. Podría decir más, y expresar que pudo ver esos videos como para confirmar que los mismos existen, pero que deberá ser la Justicia la que determine si son admisibles o no como pruebas de atenuantes del delito cometido o que directamente no existió tal delito de violación sino una relación sexual consensuada.

Aquí no hay dos bibliotecas. Emitida al aire en un medio de comunicación los audios de los que hoy se habla a todo nivel, debe aplicarse la ley al periodista por haber incurrido en un delito penal. Lo único que debe probar la Fiscalía al Juez, es que esos audios efectivamente fueron emitidos al aire, algo que el propio periodista ya ha admitido públicamente en su propio programa haciendo sus descargos, por lo que, de aplicarse la ley, el periodista debería ser condenado a “una pena de seis meses de prisión a dos años de penitenciaría”. Y éste debería haber sido el tema a discusión, hasta que apareció una Fiscal y una Jueza.

Es así como la acción de la Fiscalía y de la Jueza del caso al ordenar el allanamiento de una radio donde fue emitida la grabación y de la vivienda del periodista que puso la grabación al aire, tampoco admite dos lecturas. La Ley de Prensa N° 16.099, prevé el procedimiento por el que puede solicitarse por intermedio judicial de las grabaciones del programa de radio emitido en determinada fecha sobre determinado tema que es cuestionado, como forma de conseguir la prueba necesaria que la grabación emitida viola la Ley N° 19.580. En ese caso, la radio al recibir la orden judicial debe entregar la grabación solicitada.

No se prevé en ninguna legislación referida a posibles delitos cometidos en medios de comunicación un allanamiento de una radio o medio de comunicación alguno. Mucho menos el decomiso de los celulares particulares de los comunicadores o periodistas. En ese caso claramente se estaría ante un abuso de poder por parte de quienes llevaron a cabo estas actuaciones.

Aquí claramente podría interpretarse que la intención que se tuvo fue intentar amedrentar la Libertad de Expresión de éste y de todos los periodistas, donde además se estaría interfiriendo en el Derecho que tiene el periodista de preservar su fuente de información, pero como también indica la ley, enviando un mensaje peligroso y casi extorsivo a todos los medios de comunicación y a los periodistas.

Cuando el periodista dice o escribe algo, es el propio periodista quien debe hacerse responsable de sus dichos. Y en caso de que el periodista, por ejemplo, haya escrito una nota en un diario y no lo haya firmado, será entonces el medio de comunicación quien deberá hacerse judicialmente responsable en el caso que cometa algún tipo de delito. Así está establecido desde la Constitución de la República en su artículo 29 y en la demás legislación vigente que atiende en esta materia.

Pero fijémonos un momento en un detalle no menor, que refiere a una aparente doble moral de nuestra sociedad. Del tema que deberíamos estar hablando que refiere a la “violación en manada” sufrida por una mujer, ante las alarmas que deberían haberse encendido con una voz de preocupación para poner el acento en ese tema para que no vuelva a repetirse, para no transformarnos en un país como la India que admite hechos aberrantes como éste todos los días sin ser delito, preferimos enfrascarnos en un debate originado por un solo periodista referido a la Libertad de Expresión ante la difusión de audios que terminan degradando la imagen de la mujer.

En los últimos días mucho se ha hablado del tema de la Libertad de Expresión, y no he encontrado un solo periodista que justifique la acción del periodista que difundió los conocidos audios, pero no porque sea ilegal, como queda claro ante la simple lectura del artículo 92 de la Ley N° 19.580, sino porque no corresponde, los principios y valores de los periodistas uruguayos quedaron claro en esta situación.

Por último, no se concibe un régimen de gobierno democrático y representativo sin Libertad de Expresión, como principal herramienta que fortalezca los cimientos republicanos de nuestro país, y la mejor forma de preservar nuestra Libertad de Expresión como periodistas y comunicadores es cuidándola, siendo responsables al momento de ejercerla, sabiendo que al vivir en sociedad debemos gozar de nuestros derechos, pero también debemos cumplir con nuestras obligaciones ciudadanas. Y que los principios y valores republicanos guíen y sean la garantía de nuestro accionar continuará coadyuvando en ese sentido.

Visión Empresarial (por Gerardo Arévalo)

“Es enteramente libre en toda materia la comunicación de pensamientos por palabras, escritos privados o publicados en la prensa, o por cualquier otra forma de divulgación, sin necesidad de previa censura; quedando responsable el autor y, en su caso, el impresor o emisor, con arreglo a la ley por los abusos que cometieren.” Este es el Articulo 29 de la Constitución de la República, por lo cual tomo de base para desarrollar estas ideas.

El rol de quien está detrás de uno o más medios, ya sea televisivo, escrito u oral, es hilo muy fino de manejar, cuando hay dependientes, ya que todo lo que está en juego, se debe trabajar de manera de equipo y sin sorpresas que luego actúen en contra del propio periodista y del medio de comunicación.

Abraham Lincoln, decía sobre la libertad de expresión: “El hombre nunca ha encontrado una definición para la palabra libertad.”

Rescatamos palabras de Julia Rodriguez Larreta: “Si bien se trata de una importante trinchera para combatir por el respeto a la libertad de expresión, elemento esencialmente democrático, porque como bien dijera Jean Francois Revel, “hay prensa sin democracia, pero no hay democracia sin prensa libre”, ésta es atacada continuamente. El acoso y la persecución pueden tener distintos orígenes. Desde el gobierno central o los gobiernos locales que no quieren voces y opiniones críticas que pongan en evidencia acciones mal hechas, usando como herramienta la amenaza, la presión y hasta el crimen, o manejando a su provecho la publicidad estatal. Y desde el hampa, donde el crimen organizado y asesino, se mezcla a veces con la política. E inclusive desde la Justicia, pueden llegar las trabas a la libre información.”

En el ámbito periodístico muchas veces el tema de la libertad de expresión queda como una cosa propia de los periodistas, cuando forma parte del entramado de la interrelación de los diferentes derechos. Es un tema que atañe a toda la sociedad civil y que abordarlo desde una órbita sectorial perjudica a los propios periodistas, a los que muchas veces se los ve con desconfianza — como portadores de malas noticias.

Creo que hay que poner en contexto este tema de la libertad de expresión para no caer en los extremos habituales, que consisten, por un lado, en considerarla simplemente una libertad formal más, y por el otro, en suponer que ya está todo hecho y la libertad de expresión es uno de los derechos fundamentales que menos problemas tiene en la región para su ejercicio

Pero, ¿qué relación tienen los empresarios de la prensa con la libertad? Existe relación muchos se preguntan o es una mera forma para poder pasar lo que se me ocurra y venda más y por ende de más ganancias y  rating.

Lo real y concreto que debemos tener una conjunción de todo lo que ocurre en la Empresa, porque, en definitiva, los medios no son más que una empresa,  donde en vez de vender artículos comestibles, o combustible o cosas de bazar, el consumidor final se lleva noticias y contenidos que muchas veces hacen resaltar a tal o cual medio, y no solo es trabajo del periodista, sino que muchos trabajan más o menos cómodos en base a la libertad de acción que pueda tener frente a su superior.

Esto no implica que el sujeto que recoge la noticia, tenga absoluta discreción, porque en caso de sanciones,  y yendo al límite del tema, el periodista podrá ser suspendido, o hasta despedido, pero luego busca otro medio, y podrá arrancar de nuevo, y más si es una persona con experiencia, sin dudas se le hará más fácil el nuevo camino; pero el medio en su legajo legal queda marcado, y no olvidemos que  estos tipos de sanciones no se borran y quizás pueda perjudicar para en un futuro renovar los permisos del medio ante el estado  (Ursec) o si se quiere hacer una transacción del medio a un tercero, eso baja también el número a manejar porque tiene ese problema, sin contar que la multa económica  puede desestabilizar al medio y porque no,  tener ante la sociedad una visión negativa del mismo si es un tema muy sensible como los que últimamente han sido tapete de diarios y titulares de prensa.

También es difícil para los medios y sus titulares, seguir los caprichos de gobiernos de turno; algunos respetan libertades, y otros nos persiguen porque esa libertad según ellos hacen que  desnudemos sus falencias y nos tildan de culpables del fracaso de un gobierno sin darse cuento o peor aún, sabiendo que los únicos culpables por tal ineptitud son los propios que tratan de enemigos a la prensa, y quieren amordazar con leyes de otras épocas, con sistemas fracasados en todo el mundo incluso antes de la caída del muro de Berlín, pero siempre hay nostálgicos convenientemente preparados para cortar por el lado más fino: a veces se mata al mensajero o a veces al medio emisor del mensaje.

LEY DE PRENSA 16.099 – LIBERTAD EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN

“Artículo 1. (Libertad  de comunicación de pensamientos y libertad de información).

Es enteramente libre en toda materia, la expresión y comunicación de pensamientos u opiniones y la difusión de informaciones mediante la palabra, el escrito o la imagen, por cualquier medio de comunicación, dentro de los límites consagrados por la Constitución de la República y la ley.

Esta libertad comprende, dando cumplimiento a los requisitos resultantes de las normas respectivas, la de fundar medios de comunicación.

Los periodistas tendrán el derecho a ampararse en el secreto profesional respecto a las fuentes de información de las noticias que difundan en los medios de comunicación. (*)

Constituyen principios rectores para la interpretación, aplicación  e integración de las normas civiles, procesales y penales sobre expresión, opinión y difusión, relativas a comunicaciones e informaciones, las disposiciones consagradas en la Declaración Universal de Derechos Humanos, en la Convención Americana sobre Derechos Humanos y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. Asimismo, se tomarán en cuenta muy especialmente los criterios recogidos en las sentencias y opiniones consultivas de la Corte Americana de Derechos Humanos y en las resoluciones e informes de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, siempre que ello no implique disminuir los estándares de protección establecidos en la legislación nacional o reconocidos por la jurisprudencia nacional.”

Si se analiza bien, las garantías caen sobre los mensajeros, o sea los periodistas, por ello insisto que se tiene que tener un vínculo muy directo de extrema y estrecha confianza, para que el periodista se sienta parte de ese medio, y que quien está detrás del medio sepa cómo piensa su funcionario, que muchas veces es la carta o la cara visible del medio y la responsabilidad en ese fino hilo de lo permitido y lo que no, nunca debe  cortarse, al contrario, por la sana convivencia de ambos, deber ser uno solo y muy fuerte al momento de mostrar el desempeño. La libertad de prensa, es parte de nuestros derechos como ciudadanos. El derecho a no relevar las fuentes es absoluto por el simple sentido de que de lo contrario en muchos casos la información no se daría por el peligro a ser delatado. No es menor este derecho: hace a las garantías del individuo frente al poder del Estado o de colectivos de la actividad.

Lamentablemente, cuando el individuo, el ciudadano o el sujeto es postergado por las creencias o unos presuntos derechos identitarios, barriendo con los principios del deber de buscar la verdad, ecuanimidad o equilibrio, terminamos perdiendo todas las conquistas más importantes que hasta ahora los seres humanos alcanzamos que son la libertad, la igualdad ante la ley, el derecho a defenderse, la limitación del poder del Estado o de quien sea en un plano de equidad y justicia.

En los últimos días, y como ejemplo de lo anteriormente dicho,  varios acontecimientos nos llevaron a presenciar que cada vez más hay grupos o colectivos que tratan de ver la realidad a través de un cristal que desvirtúa y tergiversa la búsqueda de la verdad y tiende a teñir todo de un color muy cargado de creencias ideológicas que, en forma maniquea, ponen todo en blanco y negro, sin importar incluso el respeto de principios básicos como igualdad, verdad y libertad.

Para finalizar, creo que para que el  medio,  sea exitoso, y trabaje dentro del margen legal, debe tener un ida y vuelta muy fluido con su equipo de trabajo, y que el estado debe darle las garantías y no los miedos o revanchismos como supo suceder: sino ibas para el lado del Gobierno las sanciones algún día llegaban de la manera menos pensada; la libertad de prensa no se debe tocar y menos aún vulnerar.

Otro tema es el desarrollo del tema por parte de quienes también tienen poder: jueces, fiscales, y demás actores del poder judicial que muchas veces tiene que impartir justicia, pero que se nota su deficiencia cuando son juez y parte del tema, cortando por el lado más fino el tema; la libertad de prensa, los periodistas y los medios.

Hasta donde estos personajes públicos tiene tanta injerencia en los medios, o peor aún,  porque amedrentan a los medios a través de allanamientos y demás medidas intimidatorias creando una figura de poder superior intocable.

Y que pasa cuando se pasan de la raya, y hasta catedráticos salen a la opinión pública a decir de sus errores o el propio fiscal general desconocía allanamientos a medios y a periodistas de nuestro País .. hasta cuando se vulnera la libertad de prensa..

Artículo 28 del Codigo Penal dice:

“Está exento de responsabilidad el que ejecuta un acto, ordenado o permitido por la ley, en vista de las funciones públicas que desempeña, de la profesión a que se dedica, de la autoridad que ejerce, o de la ayuda que le preste a la justicia.”

La función esta muy clara, los limites y el marco legal. No se puede tampoco engañar al periodista y tampoco entrar en un juicio gratis por querer tener una noticia que pueda dañar a unas de las partes.

Por eso repito: la coordinación debe ser muy pero muy garantista para evitar que ocurran errores que nos lleven a la duda o a la mala interpretación de un tercero.

La idea es que no haya pugna de derechos, porque ahí tenemos un problema, y el medio en casi todos los casos, se lleva las de perder frente a la responsabilidad de los mismos.

En el momento que se pierde la libertad de expresión, los demás poderes de un sitema democrático empieza a flaquear, y se empieza un alto riesgo de debilitar algo que es un pilar básico de la democracia: la libertad de prensa.

La Libertad de Expresión y la política – Resúmen de la presentación (por Dr. Fernando Doti, Abogado)

Dado el clima amenazador a la libertad de prensa y por ende a la Libertad como valor superior que se vivió en estos días, se hace necesario hacer un alto y precisar los conceptos.

Si hablamos de libertad de prensa, ésta no puede limitarse sin que se pierda. Jefferson escribió en 1787 que “si tuviera que decidir entre un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en elegir lo último”.

El cuarto poder tiene prelación para la preservación de la libertad respecto a los otros tres, la sociedad libre se derrumba sin este valor.

Ahora bien, en este contexto se hace necesario trabajar y analizar el mundo de las ideas que dominan en una sociedad, porque las ideas son el motor del mundo.

Decía AYN RAND que Hay un solo poder que determina el curso de la libertad individual y por ende de la sociedad y es el poder de la facultad racional de hombre, el poder de las ideas. Si usted conoce las convicciones de un hombre puede predecir sus acciones. Si usted conoce la filosofía dominante en una sociedad puede predecir su curso.

Hoy asistimos a una Cultura del victimismo, una cultura de ofendidos. En el tema que motivó el allanamiento a un medio de prensa, se vive en lo que Axel Kaiser ha denominado como la “Neo Inquisición”.

En esto es muy importante analizar los humores sociales, porque las ideas que predominan en una sociedad determinan el curso de la historia y explican los acontecimientos, a la vez que son creadoras de marcos institucionales. Y el sistema político, en tanto cazadores de votos que son, toman esas ideas que son predominantes y actúan y legislan en conseceuncia.

En este escenario entonces, no es de sorprender que el Presidente, en una clara muestra de formación republicana, haya pedido “penas ejemplarizantes”, metiéndose en el trabajo del poder judicial y violentando el principio de presunción de inocencia del que goza cualquier habitante, hasta el momento mismo que recaiga una sentencia pasada en autoridad de cosa juzgada.

Tampoco sorprende, aunque sea muy grave y triste, que una bancada del Poder Legslativo, salga a pedir públicamente la cabeza de un periodista, así como tampoco sorprende la sanción de leyes que atentan contra la igualdad ante la ley de los seres humanos, como lo es la ley de violencia de género, N° 19.580.

Y lo que es más grave es que el Poder Judicial, que lamentablemente tampoco es ajeno a los humores sociales, haya accedido al pedido de allanamiento. Esto es lo más grave, puesto que es el Poder Judicial, la ultima trinchera de la defensa de la Libertad, en donde los habitantes depositan su confianza.

Por eso reitero, hay un grave problema de formación y cultura republicana.

Toda esta situación vivida, me hizo acordar a la obra de Arthur Miller, “Las brujas de Salem”. En Salem existía una especie de teocracia fundada por puritanos que temían a la degradación moral más que a la muerte. Como consecuencia, y con las mejores intenciones, sus habitantes crearon una sociedad en que todos vigilaban y juzgaban permanentemente las conductas y expresiones de todos los demás. La inexplicable enfermedad de algunas adolescentes ofreció la oportunidad perfecta para buscar responsables en una época de estrés económico general y pleitos recurrentes entre vecinos por deslindes de propiedad. Es entonces cuando se comenzó a hablar de brujería. Dado que el que acusaba al mismo tiempo señalaba encontrarse libre del pecado que denunciaba, en poco tiempo la histeria se encontraba desatada y cientos de personas se verían envueltas en cargos de brujería.

En la obra de Miller esto queda graficado cuando el juez Danforth, encargado de los procesos, declara. Pero, además, dado que en la sociedad ya se había instalado la idea de que había brujas y que estas eran responsables de sus padecimientos, la persecución debía continuar Y más adelante el juez Danforth describía la naturaleza del delito de brujería en los siguientes términos: La brujería ipso facto y por su propia naturaleza, constituye un delito invisible, ¿no es así? En consecuencia, ¿quién puede testificar en un caso de brujería? La bruja y su víctima. Nadie más. Ahora bien, no cabe esperar que la bruja reconozca su delito, ¿de acuerdo? Hemos de recurrir por consiguiente a sus víctimas […] y estas sí que testifican […]. En cuanto a las brujas, nadie negará que estemos ansiosos de aceptar su confesión. Siendo ese el caso, ¿qué podría aportar un abogado?” En otras palabras, aquellos que eran acusados de brujería, es decir, de ser malignos, se encontraban prácticamente condenados por el mero hecho de ser acusados.

Aunque parezca inverosímil, todo el análisis previo resulta fundamental para entender los tiempos que corren.

Si bien se analiza, la reacción de la fiscalía ni de la bancada de legisladores de partido político alguno,  no fue la misma cuando se difundió el audio del entonces intendente de colonia, Moreira. El delito era el mismo. El art 92 de la ley 19580 tiene una redacción general. Aplica también para hombres. Sin embargo nadie se rasgó las vestiduras.

Pero cuidado, dentro de la propia prensa se pueden dar casos de censuras “internas”. Hubo y hay censura de los medios con aquellos ciudadanos y periodistas que discrepaban con las vacunas. No hubo micrófono. Incluso algunos periodistas conocidos, alentaron la idea de “aislar” a los no vacunados y “meterlos en una camarita”.

Una forma de defender la libertad de prensa también, es adjudicando las ondas de radio y tv bajo la forma de derechos de propiedad y no la peligrosa forma de las concesiones “sin plazo y sujetas a revocación”, en donde los medios por esa vía, indirectamente quedan condicionados a criticar al gobierno de turno, ante la eventualidad de la revocación pura y simple.

En la defensa de la libertad en todas sus manifestaciones, debemos estar en una actitud de alerta permanente. Un ciudadano que se limita solo a votar cada cinco años, no es un verdadero ciudadano. Un ciudadano que adula a los gobernantes y no los critica,  antes que ciudadano, tiene alma de súbdito.

Es por ello que deviene necesaria la actitud de alerta y control. Como dijo Tomas Jefferson hace más de 200 años, “el costo de la Libertad, es la eterna vigilancia”.